lunes, 16 de noviembre de 2009

Copenhague, plan truncado

Begoña Almenara. Copenhague, la gran esperanza’. De esta manera titulaban algunos blogs sus espacios referidos a la próxima reunión entre líderes mundiales a favor de un cambio climático. Llegar a un acuerdo que sustituya el protocolo de Kioto que caducará el próximo 2012 resulta una tarea desafiante aunque no por ello imposible.


La negociación para alcanzar un convenio internacional en materia de lucha contra el cambio climático tiene unos puntos clave. Destacan aquellos que tratan acerca de la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero o por deforestación, ayuda financiera y transferencia tecnológica a países emergentes y la mejora de los stocks de carbono entre otros.




Aún así Copenhague se ha quedado en una mera esperanza. Los planes no han salido tal y como se esperaba y parece ser que en unos 20 días, fecha programada para la reunión, no habrá toma de decisiones y compromisos. EEUU y China, los dos países más contaminantes del mundo afirmaron que ‘no es realista llegar a Copenhague con un acuerdo internacional completamente vinculante’. Están dispuestos a negociar los objetivos previstos y los procedimientos para llevarlos a cabo; aún así no están predispuestos a reducir sus cuotas de emisión de gases. Y como parece ser que aquí quien toma las riendas son ambos, otros países como Indonesia y Japón no quieren pronunciarse sobre los compromisos que están dispuestos a tomar si EEUU y China ‘no mueven ficha’.


Han optado pues por una solución a dos tiempos ampliando el margen que determina la reunión en Copenhague donde quieren plantear los aspectos principales de las negociaciones mientras que los compromisos específicos se retardarían hasta una cumbre posterior.




Pero echando una vista todo ‘este revuelo’ pienso, ¿Cuándo realmente se van a dar cuenta que es necesario asumir compromisos? ¿Algún día verán la importancia del cambio climático a través de un cristal que no sea ni político ni económico? Tal vez lo hagan, sí…pero entonces puede que sea demasiado tarde.