lunes, 21 de diciembre de 2009

El Gobierno toma medidas en el caso Haidar

Carlos García. El presidente del Gobierno, Jose Luis Rodríguez Zapatero, ha decidido tomar cartas en el asunto de la activista saharaui Aminatu Haidar, que el pasado día 14 de diciembre cumplió un mes de una huelga de hambre, una huelga que ha movilizado al mundo entero. La polémica llegó cuando Haidar reafirmó su condición de mujer saharaui, pueblo que actualmente está gobernado por Marruecos en medio de una gran tensión política. Esta no es la primera vez que Aminatu protesta ante esta siuación, en 2005 también comenzó una huelga de hambre que la llevó a la cárcel. Las autoridades marroquíes han exigido una rectificación de la activista alegando una “cuestión de honor” para dejarla volver a su país de origen, oferta que ha rechazado declarando que solo cederá si no se le obliga a pedir perdón y se le deja volver con sus hijos a El Aaiún.

El Gobierno español ha declarado recientemente que no dejará morir de inanición a la activista saharaui, pese a la voluntad de ésta, que tomará medidas legales si fuese necesario. Rodríguez Zapatero ha afirmado que ellos van a “arreglar el problema” y que espera que “finalmente triunfe la sensatez y la diplomacia, trabajando desde la prudencia, y que el caso de Aminatu Haidar se solucione con rapidez”, después de que una diputada de Na-Bai criticara el silencio del Gobierno ante el asunto, al que pidió que tomará una posición clara al considerar que Marruecos “ha incumplido la legalidad internacional en materia de derechos humanos”.

Mientras tanto el resto de paises como EEUU no quieren involucrarse en el problema como sucedió en la visita del Ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos con su homóloga estadounidense, Hillary Clinton. Durante la rueda de prensa que dieron a los periodistas Clinton evitó hacer mención sobre el tema y Moratinos pidió a Haidar que abandonase la huelga de hambre y con su reivindicación por otros medios.

La situación actual de Haidar es preocupante, actualmente pesa 57,6 kilogramos, aunque no se sabe cuanto pesaba en el momento en el que empezó la protesta. Llegó al aeropuerto de Lanzarote el pasado 14 de noviembre desde Nueva York (Estados Unidos) tras recoger un premio que le fue concedido por su lucha cívica cuando Marruecos le quitó el pasaporte y la expulsó a España.

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